Cuando empezamos nuestra carrera en la programación, es común sentirse abrumado por la cantidad de información y tecnologías que existen. Tras una década y media en la industria, hay ciertos consejos que me gustaría haber podido darme a mí mismo cuando inicié este camino. Estos consejos no solo están fundamentados en mi experiencia personal, sino también en las observaciones y comentarios de otros desarrolladores experimentados.
Uno de los primeros consejos que vale la pena resaltar es la importancia de reducir la obsesión por la calidad cuando se está empezando. No se trata de promover la mediocridad, sino de entender que en los primeros años de la profesión, uno aún está aprendiendo y cometer errores es parte de ese proceso. Como menciona BiteCode_dev, es vital ‘hacerlo mal, pero hacerlo’, ya que el aprendizaje verdadero viene de intentar, errar y corregir. Esta práctica no solo acelera el aprendizaje, sino que también proporciona retroalimentación valiosa que ayuda a evitar errores en el futuro.
Hablando de errores, un consejo fundamental es aprender a no temerles. Muchos desarrolladores, especialmente aquellos nuevos en su carrera, sufren del síndrome del impostor. Este fenómeno es común y puede ser paralizante. La clave está en aceptar que sí, al principio se es un impostor, pero que este es un estado temporal. La persistencia y la práctica continua transformarán esa inseguridad en competencia y eventual maestría. Como se comentó, este proceso no es diferente al de los médicos en formación que, aunque cometen errores, siguen adelante hasta perfeccionar sus habilidades. En programación, se nota la diferencia cuando uno empieza a resolver errores sin detenerse tanto a pensar si es o no capaz de hacerlo.
Un punto crucial compartido por varios programadores es la importancia de conocer bien las herramientas de desarrollo que uno utiliza. La rapidez con la que se puede navegar el editor, conocer atajos de teclado y utilizar eficientemente herramientas como los dev tools del navegador puede tener un impacto directo en la productividad diaria. Dedicar tiempo a optimizar tu entorno de trabajo puede parecer tedioso, pero los beneficios a largo plazo son incalculables.
Los consejos sobre la programación no deberían dejar de lado la comprensión del negocio. A menudo, los programadores se centran tanto en la perfección técnica que olvidan que el objetivo final es solucionar problemas del negocio y crear valor para el usuario. Como menciona uno de los comentarios, los usuarios no se preocupan por la tecnología detrás de un producto, sino por los resultados finales. Mantener esto en mente puede ayudar a priorizar y tomar decisiones más efectivas en el desarrollo de software.
En cuanto a trabajar en equipo, aprender a preguntar es vital. Es mejor pedir claridad que perder tiempo valioso intentando descifrar algo por uno mismo. No solo ahorra tiempo, sino que fomenta la colaboración y la comunicación abierta dentro del equipo. Sin embargo, hay que equilibrar esto con la autonomía: primero intenta resolver el problema por ti mismo y luego pide ayuda si realmente te encuentras atascado.
Un consejo que se repite es la importancia de quedarse en un papel o proyecto el tiempo suficiente para ver el impacto de las decisiones tomadas. Esto proporciona una comprensión profunda del ciclo de vida del software que simplemente no se obtiene mudándose de un trabajo a otro cada año. Ver cómo las decisiones técnicas afectan el proyecto a largo plazo es una lección invaluable que moldea mejores habilidades y decisiones futuras.
Finalmente, nunca subestimes el valor de indagar en la historia del código para investigar errores. Comprender por qué se tomaron ciertas decisiones te da contexto y te ayuda a no repetir errores pasados. Esta práctica no solo mejora la calidad del código, sino que también te da una mayor perspectiva sobre el proyecto en su totalidad.
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